ESTABAN FELICES, EMOCIONADOS, NO PODÍAN DEJAR DE MIRARSE...
Cuando te llama una antigua compañera del cole para decirte que se casa y que quiere que seas tú quien haga las fotos de su boda, la ilusión es máxima.
Sara y yo estudiamos juntas allá por los años 90, y aunque nunca estuvimos en la misma clase, ella iba en la ruta con Amanda, mi mejor amiga, así que todos los días nos veíamos en el parking del cole.
Más de 20 años han pasado, Sara ahora vive en Nueva York, pero me cuenta que les apetece hacer una pequeña celebración en España en el Cigarral de Caravantes en Toledo.
Y así fué como un 9 de junio nos volvimos a encontrar, ella vestida de blanco, con un maravilloso vestido vintage comprado en Nueva York y yo cámara en mano para inmortalizar su boda con Elad.
Fue una ceremonia íntima al atardecer, con la impresionante Toledo de fondo. No pude evitar emocionarme en varias ocasiones, no sólo por sus palabras, sino también por sus miradas. Estaban felices, emocionados, no podían dejar de mirarse...
Su historia de amor es una historia de amor con mayúsculas, se conocieron en clases de baile, se enamoraron poco a poco, luego estuvieron separados por miles de kilómetros, y finalmente juntos en Nueva York, una historia de película.
Sólo puedo darles las gracias por compartir conmigo uno de los días más felices de vuestra vida. Me siento muy orgullosa de que puedan revivir ese día a través de mis imágenes.
Os deseo toda la felicidad del mundo y queda pendiente ese reportaje por las calles de NYC.